miércoles, 6 de mayo de 2009

Suavemente posas, rosas, tus manos sobre mí.




Ella había deseado tanto los labios salados de un amante que no le resultó difícil dejarse mecer por unos brazos sin rostro ni armadura. Sus ojos, cerrados, disfrazaron la situación justo antes de que sus dedos comenzarán a temblar.



Él, sin prisas, la observaba con ojos de pestañas enormes, devorándola torpe, ávida, salvájemente; él, ahora niño triste, la apretaba contra sí conmovido por su belleza.



Ella, muñeca frágil, se mordía con una ferocidad incomoda, se mordía y apretaba fuerte la blanca sábana que, ya casi no, cubría - pudor idiota - sus senos infantiles.



Él la quería - cuánto la quería! - en lo más profundo de su alma, la quería y por eso lloraba con lágrima muda su ausencia infinita, su indiferencia lejana y esa estúpida sábana a la que se aferraba.



Ella, esfinge sin secreto, entornaba los ojos dramáticamente cuando, movido por el momento, él le susurraba trágicas palabras que apenas podía comprender. Se movía, incómoda, revolviendo su memoria en busca de algo que adormeciera su vergüenza.



Él, dolido por su pasividad, la apretaba asustado cada vez con más ganas, haciéndola suya, hondamente suya, terriblemente suya; él se vaciaba entero para que ella cupiera con todos sus gestos.



Ella, confundida, no podía comprender esa furia en el amor, ni porqué le hacía daño al sujetarla, ni porqué las cosas danzaban en la habitación mientras ella entera se nublaba... ella, muñeca rota, no podía saber que él tampoco lo entendía.



jueves, 26 de marzo de 2009

(DIS) FUNCIÓN SENTIMENTAL.





Me mientes con los ojos y con las manos, alevósamente, a corazón abierto. Me minetes con descaro y no menos picardía y yo, para expiar tu culpa, finjo que me lo creo.



Finjo y me lo creo y te dejo que representes que me amas y me muerdas y me pidas que te baile... y lo hago; y te engaño bebiéndome tus besos, acariciando tus caricias: coreografía semiperfecta parcialmente simulada que adopta puntualmente (instantes mágicos) excitantes poses de realidad nítida, con-cierto tono sublime de lo sensual, gestual, artificial...



(...)



Abrazo cómplice de labio que sella a otro labio de boca abierta y lengua al descubierto: mordiscos certeros, desgarradores.



Mordiscos invasores acompañados por ligeros golpes, dulces roces, lascivas marcas que surgen, derrepente, en nuestra piel (ya una) fruto de la simulación no pactada pero consentida.



De esta felonía a nuestra razón, de este golpe de estado de la sangre, surgen múltiples y variadas heridas, dentro y fuera de nosotros: unas queman y otras duelen... y algunas no encayan.



E intentamos sanarlas con más cuidados, más apariencias de lo que (tal vez) debiera pero que no es. Así nuestras heridas sanan acompañadas de una soledad extraña, bañadas en suspiros que, seguramente, ni tan siquiera fueron suspirados.



(...)



Y me pregunto si hay funciones que no acaban o simplemente no terminan de empezar.






"y me sacas ampollas, y algún te quiero" J. krahe.

martes, 24 de marzo de 2009

pe - N - sares ***




Si pensase cuando pienso, no pensaría lo que pienso, pero pensarlo me pesa y pienso...




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Cuanto más pesa el pensamiento, más aflora el sentimiento, porque si más siento, menos pienso, y el no pensar siento.




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Pensares pesados pausados se posan , sabiéndome presa pesada me siento... ¡susúrrame entonces el pensamiento!




* * *




Pienso luego existo; mas si no pienso, no existo; si me toco sin pensar, es que soy sin existir y sin existencia no soy hombre, pero heme aquí; ergo no pienso, luego animal soy.
* * *